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Hubo un momento en mi vida en el que por fuera fingía que todo estaba bien…

Pero por dentro me sentía vacía.
Sin ganas de sonreír. Sin energía. Sin conexión conmigo.

Vivía en piloto automático, creyendo que “todo estaba bien”, aunque era evidente que no lo estaba....

Lloraba todos los días. Me sentía sola, confundida, con ataques de ansiedad que ni siquiera sabía que lo eran...

Me encontraba atrapada en una relación insana, marcada por la violencia emocional y sexual.

No tenía una buena relación con mi familia, y mi cuerpo comenzaba a hablarme a gritos: gastritis, colitis, estreñimiento, infecciones…

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Y aún así, seguía ignorándolo.

Fui con médicos, especialistas, cambié mil veces mi dieta. Nada funcionaba...

Hasta que un día toqué fondo.

Y ahí, en ese abismo, algo dentro de mí despertó...

Me hice una pregunta que cambió todo:
¿Y si mi cuerpo no está roto? ¿Y si todo esto es un llamado del alma a despertar?

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Ese fue el inicio de un viaje profundo de transformación.
Un regreso a mí...

A escucharme. A mirarme. A abrazar lo que por años había evitado.

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Sané de gastritis y colitis crónicas.
Un quiste muuy grande que requería cirugía… "desapareció".
El virus del papiloma humano se encuentra hoy inactivo...

Y aunque hoy mi cuerpo sigue hablándome, con miomatosis uterina, melasma, periodontitis y otros desequilibrios...

ya no lo veo como enemigo.

Lo escucho, lo honro y lo acompaño con amor...

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Esa es mi verdadera sanación.

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¿Cómo podía sanar mi cuerpo, si mi alma estaba rota?

Tuve que volver a mí...
A conocerme otra vez.
A reconciliarme con mi historia, con los demás… y con la vida.

Y gracias a ese camino —doloroso pero sagrado— nació el método que creé para ayudar a otras mujeres a hacer lo mismo: Meditación Medicina.

 
Para sanar, nutrirse, reconstruirse desde el amor propio.
Para volver a su paz.​​